“El Tío
Justo-Poppaea”.
Muchos de vosotros
habréis vivido buenos momentos en nuestra sala, algunos
probablemente comenzasteis vuestra relación en nuestras
instalaciones, incluso habrá quien hasta haya celebrado su boda...
Hablando de
celebraciones, este año celebraremos, D.M., la fecha que conmemora
el primer baile que se celebró en este rincón de nuestro paraíso
porque pronto nuestra sala cumplirá setenta y cinco años de
historia y de anécdotas (que son más que dieciocho y no sólo por
un día o dos al año).
Para quien no conozca la
historia el fundador de nuestro establecimiento, apodado “El Tío
Justo” pero que se llamaba Antonio (al parecer el mote le viene
porque su abuelo se llamó Justo) actuó justamente cuando el día de
Navidad del año 1939 decidió cambiar su actividad más habitual
como carpintero por aquellas fechas -que era hacer cajas de muerto
porque los tiempos acompañaban- y tras amontonar herramientas y
enseres en un rincón de su chambao, previa contratación de un
acordeonista y un trompetista, se montó un baile en ese día de la
Natividad y trajo un poco de alegría a tanta tristeza acumulada. Por
una tarde puso blanco sobre negro...
Imaginen ustedes la de
gestiones que tuvo que hacer a tan pocos meses del fin de la guerra,
con toque de queda por decreto y prohibición expresa de reunión,
para que el acontecimiento se pudiese llevar a cabo.
Ahora las labores de
gestión son cosa nuestra. Desconocemos si podrían equipararse a
aquellas tan lejanas, pero podemos asegurar que las gestiones no se
acaban y que nuestro establecimiento requiere de no pocas tareas a
esa labor. Los tiempos son complicados para todos y como todos
tenemos que luchar más que nunca y además nos ha tocado sufrir una
situación particular que nos afecta particularmente y que nos
condiciona, cuando otros pueden actuar incondicionalmente...
Hemos entrado en el año
número treinta de nuestra gestión, una parte respetable de las 75
navidades que se avecinan. En este tiempo han pasado algunas
generaciones por nuestras manos, el mundo ha cambiado
vertiginosamente y nosotros, modestamente, creemos que ayudamos a
unos cuantos y a unas cuantas a entrar en ese vértigo. En la era de
Internet, en esta era que vivimos y que posibilita esta
interrelación, muchos y muchas os hicisteis la primera cuenta social
en una de las dos esquinas de nuestro mostrador que teníamos a
vuestra disposición, cuando no en medio de la barra con nuestro (o
vuestro) portátil, porque los dos ordenadores públicos tenían
cola. Muchos y muchas habéis usado nuestra red Wifi (la primera del
pueblo) para poner los sistemas operativos y vuestras redes a punto y
a muchos y a muchas ayudamos en esa labor; hay quien se ha llevado
puesto hasta el curriculum para buscar trabajo...
Parece que al final
aquellos tiempos han llevado a éstos otros, donde sobra virtualidad
y falta contacto real, pero por mucho brindis que se ponga con
emoticonos no se puede comparar con uno sólo chocando la copa. Los
millones de corazones que cada día se cliquean no llegan a la altura
de una alpargata comparados con un abrazo de corazón e in situ.
A todas y a todos los
clientes de ETJPoppaea os consideramos amigos y amigas, no porque lo
diga el Face sino porque como tales os hemos tratado y procuramos
trataros. Pedimos disculpas porque somos conscientes de que en
ocasiones cometemos errores, aunque demasiadas veces sean forzados
por nuestras particulares circunstancias; como en toda amistad hay
veces que median témpanos y otras en las que se entrometen
indecencias, pero nosotros seguimos aquí con nuestra mano tendida y
nuestra oferta de amistad. Con nuestra vocación de servicio y
nuestra oferta de ocio, renovada y siempre en continua evolución. Y,
digan lo que digan, con nuestra honestidad por delante.
Podemos ofreceros lo que
nos distingue, nuestras instalaciones y nuestra oferta, los productos
de nuestra carta y nuestro servicio, nuestra sala y nuestra terraza.
Es un ofrecimiento para TODOS y para TODAS sin excepción, hemos de
decir que ETJPoppaea es mucho más que el sitio donde acabar la
noche, es un lugar donde tomar un café, donde disfrutar la copa de
sobremesa, donde organizar una reunión de amigos, en resumen, el
Sitio Justo para estar a gusto.
Agradeceríamos ayudas,
tanto virtuales como reales. A ver si la gente se anima a compartir
sus experiencias, a ver si aparece algún músico de los que tocaron
en el escenario de nuestro salón, a ver si hay alguien que cuenta
como vivió su primer beso aquí, a ver si se corre la voz, a ver si
se comparte y se mueve. También se aceptan colaboraciones.
Recordando el modesto
primer baile, las ganas de celebrar no tienen porqué estar reñidas
con los tiempos. Para celebrar los setenta y cinco años justos sólo
hay que tener en cuenta que son comunes a todos porque lo que se ha
vivido en este rincón ha sido posible sólo en compañía. Ha sido
posible porque siempre ha habido quien ha querido compartir aquí sus
alegrías, u olvidar sus tristezas, tomando prestadas por un rato
estas instalaciones que ahora nosotros regentamos.
Renovada continuamente,
adaptada a los tiempos, con servicios exclusivos por derecho, con
todas las garantías y con profesional dedicación...La oferta se
mantiene en pié desde hace, casi, 75 años.
Si tienes algo que
celebrar ven a celebrarlo con nosotros.
ETJPoppaea
El SITIO Justo
desde 1939
Bego y Migue